Dentro del manga de terror japonés, pocos nombres son tan perturbadores y únicos como el de Hideshi Hino. Aunque a menudo ha quedado a la sombra de autores más mediáticos como Kazuo Umezz o Junji Ito, su obra es un pilar fundamental para entender la evolución del género.
En España, gracias a Ediciones Cúpula, podemos disfrutar de una de sus piezas más impactantes: Panorama Infernal.
Esta obra no solo es un manga de terror; es un retrato brutalmente honesto de la vida de su autor, en el que la línea entre la realidad y la pesadilla se diluye hasta formar un cuadro grotesco, desgarrador y fascinante.
Un viaje al infierno personal
El manga nos presenta a un pintor atormentado que dedica su vida a retratar escenas infernales cargadas de violencia, desesperanza y muerte. Estos cuadros, tan horrendos como hipnóticos, funcionan como una metáfora del propio Hino y de su experiencia vital.
El autor transforma su infancia marcada por la guerra, la pobreza y el maltrato en un relato donde lo autobiográfico se funde con lo terrorífico. Cada viñeta transmite dolor y crudeza, haciendo que el lector no solo observe, sino que también experimente el tormento del protagonista.
Este recurso convierte a Panorama Infernal en algo más que un manga de terror: es un testimonio gráfico de la dureza de la vida, contado con una sinceridad brutal.

El estilo inconfundible de Hideshi Hino
El trazo de Hino es grotesco, irregular y deliberadamente sucio. Una estética que puede parecer caricaturesca, pero que se convierte en el vehículo perfecto para transmitir angustia.
A diferencia de otros autores que buscan el realismo o lo sobrenatural, Hino construye un horror visceral y cotidiano, tan directo que llega a incomodar.
La obra está plagada de escenas gore y perturbadoras, pero nunca con un fin gratuito: son necesarias para entender el mensaje del autor. El lector no se enfrenta solo a imágenes desagradables, sino a un reflejo de la violencia estructural y social que marcó a toda una generación.


