La muerte del comendador de Haruki Murakami para mí ha sido un carrusel de emociones durante el trayecto de la lectura. En algunos momentos sentía una necesidad imperiosa de saber que iba a ocurrir sin poder despegarme del libro y en otras ocasiones, me encontraba sin apenas ganas de seguir leyendo.
Esta novela de Murakami me ha recordado a Duma Key de Stephen King. En cierto aspecto, ambos tienen la pintura como engranaje principal de su obra. Pero mientras que en Duma Key esto sirve para crear una atmósfera de terror que tan acostumbrado nos tiene a los lectores asiduos de Stephen King (uno de los mejores libros para mí), en La muerte del comendador nuestro protagonista usa la pintura como método de catarsis ante una situación muy dolorosa de su vida. Pierde el rumbo de su existencia y se entrega por completo al mundo del arte, entrando así en un universo disparatado de metáforas e ideas, que tanto le gustan a Murakami.
Como sinopsis del libro diría que atrae bastante, llevo teniendo esta obra en mi poder desde 2019 y no es hasta hace apenas unos días que me decidí a leer por fin. Y he de decir, que me ha dejado muy indiferente.
Murakami intenta hacer lo mismo que lleva haciendo con todas sus obras, describir a unos personajes con todo lujo de detalles, con un especial afán por su forma de vestir. Nos da una premisa donde el protagonista está en apuros o afrenta una época dura de su vida (en Kafka en la orilla se escapa de casa, en Tokio Blues el suicidio de su mejor amigo, etcétera.) y nos lleva a un mundo imaginario donde las metáforas campan a sus anchas.
Ahora bien, ¿por qué Tokio Blues y Kafka en la orilla considero que son unas buenas obras?¿y La muerte del comendador no? La respuesta es muy sencilla, en las otras dos obras el trasfondo que hay es realmente importante, el mensaje que quiere transmitir de la manera tan enrevesada que tiene Murakami de escribir llega con sentido y hace estremecerse al que lo lee. Sin embargo La muerte del comendador es un recipiente encantador que no contiene nada en su interior, las metáforas que utiliza no crean ningún ambiente y no transmiten nada, simplemente están ahí por estar.

No quiero que nadie me malinterprete, no es un mal libro, pero para ser la última gran novela de Murakami deja mucho que desear, la trama durante los dos tomos de la novela es muy previsible y cuando llega el momento del desenlace el lector no tiene apenas interés en saber lo que está ocurriendo.
Ficha técnica:

Título: La muerte del comendador
Autor: Haruki Murakami
Editorial: TusQuets
Páginas: 480
Precio: 20,80€
Sinopsis: En plena crisis de pareja, un retratista de cierto prestigio abandona Tokio en dirección al norte de Japón. Confuso, sumido en sus recuerdos, deambula por el país hasta que, finalmente, un amigo le ofrece instalarse en una pequeña casa aislada, rodeada de bosques, que pertenece a su padre, un pintor famoso. En suma, un lugar donde retirarse durante un tiempo. En esa casa de paredes vacías, tras oír extraños ruidos, el protagonista descubre en un desván lo que parece un cuadro, envuelto y con una etiqueta en la que se lee: «La muerte del comendador».
Tal y como podéis observar la sinopsis del primer libro te deja con muy buen sabor de boca, nos deja una premisa donde el estilo de Murakami debería de fluir sin problemas, pero bajo mi punto de vista y eso que he entendido perfectamente lo que ha querido transmitir en este libro, me ha dejado indiferente. Os invito a vosotros a leerlo y sacar vuestras propias conclusiones, ojalá os encante, y a todo aquel que ya lo haya leído le invito a comentar y dar su opinión a cerca de él.
Gracias por pasarte a leer esta entrada, espero que te haya gustado, recordarte que puedes seguirme en mis redes sociales y en la propia página web para estar al tanto de más reseñas.