Una autora sorprendente
Si conoces a la escritora japonesa Natsuo Kirino (seudónimo de Mariko Hashioka, 1951) seguramente la relaciones con la novela negra o de misterio, gracias a títulos como Out o Grotesco. Sin embargo, en Crónicas de una diosa (2013) nos encontramos con un registro totalmente distinto: una narración de corte mitológico-fantástico que sorprende por su originalidad y su fuerza poética.
Kirino, que comenzó su carrera en la literatura romántica y más tarde se consagró como referente del género negro en Japón, demuestra aquí su versatilidad y capacidad de reinventarse, ofreciendo a sus lectores un relato muy diferente al que están acostumbrados.

De qué trata Crónicas de una diosa
La historia tiene como protagonista a Namina, una joven destinada desde su nacimiento a servir a la diosa del inframundo, Izanami. Ella y su hermana mayor, Kamikuu, representan el yin y el yang de su familia: mientras Kamikuu está destinada a ser la Sacerdotisa del Día, venerada y admirada, Namina debe asumir el papel de Sacerdotisa de la Oscuridad, ligada al mundo de los muertos y condenada a la virginidad y al aislamiento.
Namina, sin embargo, se rebela contra este destino impuesto por la tradición. Se enamora de Mahito, un joven de la isla, y con él desafía las estrictas leyes de su pueblo. Este amor prohibido la conduce a la tragedia y, tras su muerte, Namina se convierte en sirviente de Izanami en el Yomi, el inframundo. Desde allí, no solo relata su propia historia, sino que también revive los mitos fundacionales de los dioses Izanami e Izanagi, cuyas pasiones, heridas y venganzas siguen marcando el destino del mundo.

La novela se desarrolla principalmente en la enigmática Isla de las Serpientes Marinas, un territorio con forma de lágrima considerado sagrado, pues se cree que fue el primer lugar que pisaron los dioses al llegar al mundo. Este escenario no solo enmarca la tragedia personal de Namina, sino que también conecta la historia con la cosmogonía japonesa.
Temas principales
Más allá de la mitología, Crónicas de una diosa explora cuestiones atemporales que siguen vigentes hoy en día:
- El destino y la libertad: Namina lucha por escapar del camino trazado para ella, aunque se ve constantemente arrastrada hacia él.
- El amor como fuerza vital: no solo mueve a los mortales, sino también a los propios dioses, aunque en formas muy distintas.
- El papel de la mujer: gran parte de la obra refleja cómo las mujeres viven sometidas a las leyes sociales y religiosas, pero también cómo son capaces de desafiar esas normas.
- Muerte y trascendencia: la novela nos enfrenta a la inevitabilidad de la muerte y al misterio del más allá, a través de la figura de Izanami.
- Contrastes universales: luz y oscuridad, amor y odio, vida y muerte, tradición y rebelión… todo en la novela se mueve en un equilibrio de opuestos.
Estilo narrativo
La prosa de Kirino en Crónicas de una diosa es sencilla y fluida, pero cargada de simbolismo. La primera parte de la novela, centrada en Namina y la vida en la isla, es la más intensa y atrapante, mientras que la segunda, que reconstruye el pasado de los dioses, puede resultar más lenta. Aun así, ambas se complementan para ofrecer una visión global de la cosmogonía japonesa.
Uno de los grandes aciertos es la atmósfera que logra crear: la isla, el inframundo y las descripciones míticas transmiten la sensación de estar dentro de un mundo ancestral que realmente pudo haber existido.